Realicé una ruta hacia Nerja – Málaga – España, sorprendido me encuentro con un altar de La Difunta Correa.
¿Sabías que en la provincia de San Juan hay una leyenda que habla de una mujer llamada Deolinda Correa? Bueno, te voy a contar su historia.
Según cuenta la tradición, Deolinda era una mujer valiente que vivía con su marido y familia en el departamento de Angaco. Pero cuando las guerras civiles llegaron a su región, todo cambió. Su marido fue reclutado forzosamente por la soldadesca montonera, lo que llevó a Deolinda a tomar una decisión valiente.
Deseosa de reunirse con su marido en La Rioja, tomó a su hijo lactante y emprendió un viaje peligroso por los desiertos de San Juan. Llevaba consigo solo algunas provisiones y dos botellas de agua. Pero cuando se le terminó el agua, Deolinda hizo lo que cualquier madre haría: se cobijó debajo de la sombra de un algarrobo con su hijo en brazos.
Trágicamente, allí murió a causa de la sed, el hambre y el agotamiento. Al día siguiente, unos arrieros encontraron su cadáver y, sorprendentemente, su hijo seguía vivo y amamantándose de sus pechos, que aún fluían leche.
La historia de Deolinda Correa se convirtió en un recordatorio del poder del amor y el sacrificio. Hoy en día, mucha gente visita su santuario en Vallecito para dejar botellas de agua y pedir protección divina en momentos de necesidad. Y es que la leyenda de La Difunta Correa nos recuerda que, incluso en las situaciones más difíciles, el amor y la valentía pueden ser nuestra mayor fortaleza.