Perú

El desierto de La Huacachina. Ica – Perú.

DCIM\100MEDIA\DJI_0659.JPG

El desierto que rodea la Huacachina en Ica es un vasto y espectacular paisaje de dunas doradas que parecen sacadas de un cuento. 🌵🌞 Este desierto costero del Pacífico es perfecto para los amantes de la aventura, con actividades como el sandboarding y los emocionantes paseos en buggies que te harán sentir la adrenalina al máximo.

Además, el contraste entre el oasis verde de Huacachina y las dunas doradas del desierto crea un escenario impresionante que atrae a turistas de todo el mundo. Es un lugar mágico donde la naturaleza y la diversión se encuentran. 🌟

Leyenda de la Huacachina (Foto cedida por Pepito Dron)

DCIM\100MEDIA\DJI_0657.JPG

La leyenda de la Huacachina es tan fascinante como el propio oasis. Según la historia, una hermosa princesa inca se estaba bañando en una laguna cuando fue sorprendida por un cazador. Al huir, dejó atrás su espejo, que se convirtió en la laguna de Huacachina. Las dunas que rodean el oasis se formaron a partir de las mantas que la princesa dejó caer mientras escapaba. 🌟

Otro día mas en La Huacachina.

na vez más, visité la Huacachina en la mañana. Este lugar, lleno de visitantes, es digno de admiración por su belleza enigmática. Además, los buggies de doble tracción se adentran en el desierto, ofreciendo adrenalina a todo aquel que se atreve a montarlos.

La Huacachina es un oasis natural rodeado de dunas de arena, ubicado a unos 5 km al oeste de la ciudad de Ica. Es famoso por su laguna, que según la leyenda, se formó cuando una princesa inca se estaba bañando y fue sorprendida por un cazador. La princesa huyó, dejando la laguna detrás de ella. Hoy en día, es un destino turístico popular para practicar sandboarding y paseos en buggy. 🌟

VENDEDOR DE FRUTA – Ica – Perú.

La venta ambulante de frutas en carretillas por las calles de Perú es una forma de vida llena de ingenio y esfuerzo. Es una manera honesta y trabajadora de ganarse el pan, y además, le da un toque vibrante y colorido a las calles. 🌈🍉🍌

Estos vendedores no solo ofrecen frutas frescas y deliciosas, sino que también son parte esencial de la economía local. Su presencia en las calles es un testimonio de la resiliencia y la creatividad de las personas que buscan salir adelante a pesar de las dificultades.